De «No soy capaz» a «Lo hice»

Pasar de la teoría a la práctica, emprender acción, dejar de desear y realmente empezar a hacer, es un momento por el que todos pasamos sin importar el proyecto que tengamos. Lo interesante, es que es donde solemos atascarnos.

Es evidente que hacer que las cosas sucedan no es algo que se logre con mera voluntad. Todo tu ser interno, alma y mente, pueden tener el propósito de cambiar o lograr algo, pero el cuerpo con la acción para hacerlo realidad no responde a este entusiasmo. Aquí es cuando “fracasamos” o nos “defraudamos” a nosotros mismos. También es el momento en que con el ego herido las preguntas empiezan a rondar por nuestras mentes tratando de encontrar el porqué es tan complejo para nosotros tomar acción y hacer algo que deseamos tanto. Lastimosamente, la respuesta tiende a evadirnos.

La razón por la cual nuestra mente patina sin dejar claro el asunto, es que no estamos haciendo las preguntas correctas.

Cuando nos preguntamos ¿Por qué?, lo que nuestro cerebro nos entregará será una justificación, una serie de causas, razones, argumentos que demuestran porque estamos en la situación que enfrentamos. Sin negar su importancia, lo que hacemos ens desencadenar una reflexion desde una perspectiva que nos ayuda a convencernos de lo que sea que estemos afirmando o negando. En general, el porque lo que entrega es un discurso que expone la situación, pero no nos da herramientas didácticas para la acción.

¿qué es lo que hay que indagar?

Lo más importante en este punto es enfocarnos en preguntas cerradas. Estamos buscando ser concretos y las preguntas abiertas fomentan la reflexión y el desarrollo de ideas complejas. ¿Qué?, ¿cómo?, ¿cuándo? y ¿dónde? serán también preguntas abiertas si se plantean sin ningún tipo de complemento o contexto. Nuestro objetivo es llevar estos interrogativos a proveer respuestas que nos lleven a la acción. Es decir, cuestionarnos por ejemplo ¿Cómo podemos salir de este atasco? ¿Cómo podemos sobrepasar este obstáculo que nos detiene?, ¿Que puede ayudarnos a ponernos en movimiento?, ¿Cuando perdimos el foco de nuestro proyecto?

Al preguntar ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿qué?, nuestra mente estará en búsqueda del modo o la manera que podemos sobrepasar la situación y continuar nuestro camino. Debemos ser especifico y por ello analizar nuestra situación desde la racionalidad es crucial. Es cuando podemos darle especificidad a las preguntas, que las rutas a seguir o acciones a tomar, se revelan.

Debemos preguntar por lo que sea necesario para pasar por encima de la coyuntura. Las preguntas deben ser muy especificas. Aquí dejo una serie de preguntas que plantean situaciones particularmente comunes en los seres humanos, para que tengas una idea de que tanto detalle debes buscar tener en tus preguntas.

  • ¿Qué hace que yo no me levante en las mañanas a meditar a pesar de acostarme temprano?
  • ¿Cómo puedo entusiasmarme a hacer ejercicio todas las semanas?
  • ¿Qué emoción me esta haciendo comer cuando no tengo hambre?
  • ¿Que me detiene de promocionar mis servicios?

Estas preguntas hacen que el cerebro se ponga en modo acción y no reflexión. Esto se logra cuando lo que te aflige esta claro en la pregunta, al igual que el punto álgido que ya has identificado en esa situación. Esta manera de preguntarnos cosas nos permitirá progresar en esos puntos críticos. Interrogativos cerrados sincronizan nuestra mente y nuestro cuerpo y nos ponen en actitud de acción.